Si bien es cierto que debemos abordar la obra de Platón plenamente ubicados en su muy particular contexto, ésta no deja de resultar interesante para la comunidad gay actual. El filósofo ateniense no era un activista pro-diversidad sexual, ni un libertino de la época, ni siquiera un homosexual en todo el rigor de la palabra. Sin embargo, estos son algunos pasajes de El Banquete que hacen referencia al sistema de pederastia entre varones en la antigua Grecia y la exaltación del mismo:
Y si hombres como esos [amantes y amados] combatieran el uno al lado de otro, vencerían [...] a todo el mundo [...] Y dejar atrás al amado o no ayudarle cuando esté en peligro... ninguno hay que el propio Eros no le inspire para el valor (178e - 179a)
[Aquiles] a pesar de saber por su madre que moriría si mataba a Héctor y que, si no lo hacía, volvería a su casa y moriría viejo, tuvo la osadía de preferir, al socorrer y vengar a su amante Patroclo, no sólo morir por su causa, sino también morir una vez muerto ya éste. (179e)
El otro [amor], en cambio, procede de Urania, que, en primer lugar, no participa de hembra, sino únicamente de varón -y éste es el amor de los mancebos -, y, en segundo lugar, es más vieja y está libre de violencia. (181c)
Me levanté [...], lo envolví con mi manto, pues era invierno-, me eché debajo del viejo capote de ese viejo hombre, aquí presente, y ciñendo con mis brazos a este ser verdaderamente divino y maravilloso estuve estuve así tendido toda la noche. [Alcibiades acerca de Sócrates] (219b-c)
Fuente: PLATÓN, Diálogos. Fedón, Banquete, Fedro, III. Tr., introd. y notas por C. GARCÍA GUAL, M. MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, E. LLEDO ÍÑIGO, Gredos, Madrid, 2008 (Biblioteca clásica Gredos, 93)
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