¿Irá o no? He aquí el problema. El Trigay todavía está esperando el apoyo del Instituto del deporte del DF para asistir al mundial de soccer en Londres. Para los que no los conocen, el Trigay es la selección oficial mexicana homosexual de futbol soccer y hasta la fecha el IDDF, a cargo de Ana Guevara, no les ha otorgado los 10 boletos de avión que les había prometido para viajar al campeonato mundial en Europa, que se realizará del 24 al 30 de agosto de este año. Se trata de un asunto de importancia porque ni nuestro equipo ni la organización responsable del mundial están jugando a las canicas.
La International Gay and Lesbian Football Association (IGLFA) no es ni una novedad ni una cosa poco seria. Es un organismo que tuvo sus raíces en Nueva York durante los años 80 y que desde 1997 realiza campeonatos mundiales anuales. Ciudades como Washington, Chicago, Amsterdam, Sidney, y recientemente Buenos Aires, han sido sedes del mundial de la IGLFA.
El torneo y la organización, pero sobre todo, el equipo mexicano, se están jugando en cada partido algo más que la copa, que el título mundial o que unos cuantos goles: hay en ellos un gran mensaje que se manifiesta a través de dos vertientes importantes.
Primero, en el ámbito deportivo, el Trigay representa una ruptura de todos los paradigmas. En los jóvenes deportistas queda demostrado que la comunidad gay es capaz de desprenderse de los estereotipos negativos, patéticos y equívocos que se le imponen; los cuales representan un gran obstáculo en la lucha contra la discriminación y la homofobia. La selección mexicana busca manifestar su homosexualidad dentro de un ambiente de salud y de respeto.
Segundo, en el aspecto social, el equipo embiste a la homofobia desde la raíz. El Trigay hace acto de presencia en un deporte aparentemente dominado por hombres heterosexuales, y que es utilizado constantemente por estos mismos para reafirmar su hombría; y en el mismo centro de la “virilidad” emite un mensaje de equidad, de tolerancia y de aceptación.
Si nuestra selección gay de futbol no asiste al mundial en Londres, no sólo estaríamos ante un caso más de falta de apoyo hacia el talento deportivo en México, sino ante una demostración de que nuestro país dista mucho de ser un lugar en donde se les da a los homosexuales el lugar que por derecho les corresponde.
La International Gay and Lesbian Football Association (IGLFA) no es ni una novedad ni una cosa poco seria. Es un organismo que tuvo sus raíces en Nueva York durante los años 80 y que desde 1997 realiza campeonatos mundiales anuales. Ciudades como Washington, Chicago, Amsterdam, Sidney, y recientemente Buenos Aires, han sido sedes del mundial de la IGLFA.
El torneo y la organización, pero sobre todo, el equipo mexicano, se están jugando en cada partido algo más que la copa, que el título mundial o que unos cuantos goles: hay en ellos un gran mensaje que se manifiesta a través de dos vertientes importantes.
Primero, en el ámbito deportivo, el Trigay representa una ruptura de todos los paradigmas. En los jóvenes deportistas queda demostrado que la comunidad gay es capaz de desprenderse de los estereotipos negativos, patéticos y equívocos que se le imponen; los cuales representan un gran obstáculo en la lucha contra la discriminación y la homofobia. La selección mexicana busca manifestar su homosexualidad dentro de un ambiente de salud y de respeto.
Segundo, en el aspecto social, el equipo embiste a la homofobia desde la raíz. El Trigay hace acto de presencia en un deporte aparentemente dominado por hombres heterosexuales, y que es utilizado constantemente por estos mismos para reafirmar su hombría; y en el mismo centro de la “virilidad” emite un mensaje de equidad, de tolerancia y de aceptación.
Si nuestra selección gay de futbol no asiste al mundial en Londres, no sólo estaríamos ante un caso más de falta de apoyo hacia el talento deportivo en México, sino ante una demostración de que nuestro país dista mucho de ser un lugar en donde se les da a los homosexuales el lugar que por derecho les corresponde.
1 comentario:
a ver si vamos posteando!!! perezoso!
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